Hay cosas divertidas en el mundo, como cuando uno se entera que una regla de oro, inquebrantable, bajo pena de muerte, es pura paja. A quién se le ocurriría meterse a nadar a una piscina unos minutos después de almorzar? Y arriesgarse a morir ahogado, de un infarto, de una embolia, o de algo peor?

Porque se supone que todo eso le podía pasar a uno si se metía a la piscina después de comer. Incluso en algún momento escuché una versión de la regla que decía que cualquier tipo de agua era peligrosa: se horrorizaron conmigo porque tuve la osadía de meterme a la ducha justo después de almorzar. Por lo visto solo el entrar en contacto con el agua era suficiente para provocarle a uno una muerte instantánea y dolorosa.

Lo cual obviamente generaba ciertas paradojas. Por qué si se vale almorzar y tomar agua? Si van juntos no tiene efecto? Y en ese caso, qué pasa con la gente que se toma una alka seltzer media hora después de almorzar? O los que los agarra el aguacero saliendo del restaurante? Peor aún, que hay de la gente que se va a la playa y almuerza en la piscina del hotel?

En buena teoría en setiembre y octubre debería haber gente cayendo como moscas todos los días, por mojarse después de comer. Pero no.

La explicación más científica que encontré en aquél entonces del tema fue en una Boys Life. El asunto es que cuando uno come, el sistema digestivo utiliza una mayor cantidad de sangre para digerir la comida. Esto le quita sangre a los brazos y piernas, y si uno está haciendo ejercicio en ese momento, puede darle un calambre que lo inmovilice y uno se hunde como una piedra. O peor aún, el efecto combinado del pleito entre musculos y sistema digestivo puede darle a uno un paro o un derrame o algo por el estilo. Por eso hay que esperar por lo menos una hora para meterse al agua después de comer.

Siempre y cuando, uno esté haciendo ejercicio. Primer mito del tema. Lo que lo puede matar a uno no es estar en contacto con el agua, sino estar haciendo ejercicio en el agua.

Ok, pero entonces viene la otra paradoja. Los atletas en las olimpiadas comen como caballos, justo antes de la competencia. De hecho estaba leyendo en Stronglifts que Armstrong y Phelps ni siquiera se limitan al típico platito de macarrones: pizza, papas fritas, hamburguesas, todo eso va para adentro antes de la competencia. Como es que ninguno de ellos cae muerto en media competencia? Se supone que adquieren una resistencia sobrehumana al déficit de oxígeno en los músculos o qué? Y la gente que sale a caminar para bajar la comida? O peor, el montón de gente que uno ve en los parqueos mejengueando al medio día después de almorzar?

Y si al fin y al cabo el problema es por falta de sangre porque la consume el sistema digestivo, como es que la gente en Navidad come como loca el día entero y no se muere, y de hecho no le da más que una indigestión?

Algo está raro con todo este cuento de la embolia estomacal.

Bueno, gracias a la maravilla del Internet, podemos finalmente aplicar el sentido común y matar el mito de una vez por todas. Efectivamente, como lo ha corroborado millones de veces durante décadas la humanidad, nada excesivamente malo le puede pasar a uno si se mete a una piscina después de comer, o si hace ejercicio después de comer. Producir los supuestos calambres que lo pueden matar a uno es bien complicado, y producir un déficit de sangre lo suficientemente grande como para que le dé a uno algo, es casi imposible.

De hecho no hay registros oficiales confiables, que se hayan podido encontrar, donde alguien muera ahogado y se dé como causa que se metió al agua después de comer.

Probablemente el mito sea una correlación de esas imaginarias que hace la gente. Donde hay piscina, donde hay playa, normalmente hay carne asada y comida. Fijo la gente empezó a ver que la gente se ahogaba y que había comido antes, y se inventaron que era la comida lo que estaba causando que se ahogaran. De hecho no sería extraño que el mito se propagara aún más gracias a los casos de gente que entra borracha a las piscinas o al mar, a las 9 de la noche, y amanece muerta… psicológicamente es mucho más fácil aceptar que alguien se murió por comer y estar en el agua, que porque estaba en una piscina tan hasta la madre que ni cuenta se dio de que se estaba ahogando.

NineMSN tiene la prueba definitiva a lo cazadores de mitos. Le dieron de comer a un grupo de gente de todas las edades y condiciones, y la metieron a una piscina a nadar inmediatamente. De comer les dieron de todo, desde frutas y verduras, hasta papas fritas y hamburguesas.

El resultado? Nadie se murió. Todos salieron felices de la piscina sin mayores consecuencias.

Eso si, del experimento encontraron que la gente que había consumido lácteos o ciertos tipos de comida se sentía incómoda haciendo ejercicio, precisamente por estar llenos. Evidentemente el ejercicio va mucho mejor con un estómago sin mucho contenido.

Así que ahí lo tienen. Meterse al agua o hacer ejercicio después de comer no los va a matar. No es lo mas cómodo del mundo, pero si tienen que mejenguear en la hora de almuerzo, ténganlo por seguro de que no los van a terminar sacando en ambulancia.